Desde el primer contacto que tuvimos con Gaby y Felipe fluyó la buena onda, por la distancia que había entre nosotros, ellos en la décima región y yo en Santiago, nos tuvimos que comunicar por video llamada, lo que no significó ningún inconveniente, tanto ellos como yo somos relajados y fue muy grato todo el proceso, muchas bromas y risas, hubo una conexión genial, además que tanto a ellos como a mi nos gusta mucho la aventura, la naturaleza, el trekking y las montañas, así que había tema de sobra y cuando me contaron que su matri sería en Purranque yo saltaba en una pata jaja, es que amo todo ese sector.
El día del matrimonio llegué temprano, viajé toda la noche anterior para estar a primera hora en Osorno, donde viven los chicos. Me fue a buscar al terminal un amigo de ellos y nos fuimos al depa dónde vivían y dónde serían los preparativos. El día fue pasando muy rápido. Acompañé a Felipe al centro de Eventos La Fragua, lugar de la celebración, ya que había que terminar de decorar y montar todo. Regresamos al depa y comencé a fotografiar el make up, todo entre risas bromas.
Nos fuimos al centro de eventos que q en Purranque, muy cerca del Lago Llanquihue, un lugar precioso, mágico, lleno de vegetación, lagunas, río, muy muy bello. La ceremonia fue de ensueño, muy íntima y al aire libre obviamente, con un ritual muy original al estilo de ellos.
No habían tantos invitados, eran los precisos y se notaba todo el amor que les tenían, era como ver a una gran familia, fue todo muy emocionante. No me di ni cuenta como pasaba el tiempo, lo pasé increíble, me trataron de maravilla. Así da gusto trabajar, rodeado de buena onda.
Este será de esos matrimonios que no se olvidarán. Estoy muy agradecido de que me hayan escogido para fotografiar su matrimonio y de toda su buena onda.